Suavizado gota a gota a través de 10 pies de carbón de arce azucarado, luego madurado en barriles artesanales. Solo está listo cuand nuestros catadores dicen que lo está. Lo juzgamos por su apariencia. Por su aroma. Y por supuesto, por cierto, por su sabor. Así loo hizo el propio Jack Daniel hace más de un siglo. Y cómo lo seguimos haciendo hoy.