Dado el efecto de una oscilación térmica entre el día y la noche importante durante la etapa de madurez de la uva, este vino tiene ua nariz madura, frutal, compleja, donde destacan notas de fruta negra como ciruela, mora, cassis; también expresa sutiles notas de hojas de laurel. La crianza en barricas de este vino ha entregado ricas notas de especias, como el clavo de olor, pimienta negra y vainilla. Su paladar, por el tipo de suelo donde se encuentra este viñedo, es bien estructurado (piedra angular), cuerpo medio (textura franco-arenosa), redonda, suave, taninos maduros y suaves (la presencia de piedra favorece la formación de buenos taninos), aromas de boca del tipo fruta negra, como mora, grosella negra y ciruela, sabroso, equilibrado y de buena longitud (la mineralidad del sueelo volcánico favorece buenas longitudes en los vinos).